domingo, 20 de diciembre de 2009

Comienzo de la imaginación

No era posible observar el sutil espasmo de su cuerpo desde tan lejos. Lucía se erguía a medio kilómetro del testigo, justo al otro lado del barranco, lo que imposibilitaría a un humano…
intentar impedir que el hombre encapuchado la tirara barranco abajo. Él intento amenazar gritando al hombre encapuchado que tenía un arma, pero ni se dio cuenta. Entonces fue cuando se le ocurrió tirar un tronco pequeño de árbol desde el otro lado del barranco, al resonar el estruendo el hombre encapuchado se retiro rápidamente y dejó caer a Lucía al suelo. Él había seguido a Lucía desde la cafetería de al lado de su casa, ya que se dio cuenta de su parecido con él. Ella no se había dado cuenta. Al llegar al lado de Lucía la vio tirada al suelo, un poco confusa de lo ocurrido y pensó en llamar a una ambulancia pero enseguida vio que no era para tanto. Ella le pregunto porque estaba allí, y porque toda su cara era muy parecida. Él no supo responder a ninguna de sus preguntas, así que la invito a tomar un chocolate caliente y empezar a hablar para descubrir el fenómeno que estaban presenciando. Al llegar el chico se presentó:

-Hola me llamo Cal Tomphson, y tú?

-Hola, me llamo Sophie De la Vega. Primero muchas gracias por haberme salvado de ese señor, y en segundo lugar, ¿dónde naciste?

-Yo nací en un pueblecito llamado Puerto Fake, al sud de chile- Cal respondió sin ningún preámbulo.
-No puede ser! (exclamo ella) Yo también! ¿Que día si se puede saber?

-El 23 de octubre de 1883- él ya esperaba una respuesta similar…
-Esto ya no es coincidencia… yo también. A mí me dijeron que tenía un gemelo, pero que a la hora del parto nació muerto- enunció Sophie.

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